Y es que no todo va a ser cavar en el jardín. He pasado estas dos últimas semanas en Asturias donde, aparte de trabajar mucho, también he tenido algunos ratos -pocos- para otras cosas agradables, como pequeñas excursiones, revisitar el Museo Vaqueiro o, como os comentaba, comer en Casa Nieto.
Mis tíos han veraneado en Casa Lín de Colás y, aprovechando que fuimos a verlos, comimos en el nuevo restaurante de Manolo Linares. Sólo había estado una vez tomando café el año pasado así que me he quedado sorprendidísima por el cambio que ha dado. Se ha sabido sacar partido a ese local tan grande y desaprovechado y crear dos zonas muy amplias y agradables para bar y restaurante. Ya sabéis que escribo sobre decoración, así que suelo mirar todo con ojos muy críticos. Pero la verdad, está bastante bien. Las zonas de más paso cubiertas con pizarra, el resto con laminado de madera, una buena carpintería de aluminio acabado madera, la colección de radios bien agrupada y a la vista y las pinturas de Linares poniendo todo en valor. La única pega, por poner alguna, es que las puertas de los servicios dan directamente a la sala sin ninguna protección intermedia y a veces la gente es muy descuidada y las deja abiertas.
La comida realmente espléndida, y conste que también soy muy crítica en eso. Mientras que llegaba la comanda un toque muy europeo: pan y paté para la espera. De primero tomamos todos pulpo con patatinas, un guiso que nos gustó muchísimo y que me quedé con ganas de saber cómo se hacía. De segundo unos chuletas de cordero y otros solomillo con una rica salsa de queso. Y de postre requesón. Una comida de lujo por sólo 10 euros. Entiendo que este precio no puede durar mucho, pero mientras tanto está atrayendo mucha gente y fomentando una sana competencia que hacía mucha falta.
A pesar de que mis tíos me presentaron a Manolo, al que admiro profundamente por su labor y al que tenía muchísimas ganas de conocer, apenas pudimos cruzar algunas palabras porque era domingo y día de mercadillo y estaba todo a rebosar. Él mismo ayudó a servir la mesa (ya se sabe que encontrar servicio de sala es tan difícil como encontrar albañiles) con esa humildad que tienen las personas con verdadera categoría. Así que me quedé con ganas de decirle muchas cosas, quizá para la próxima. Porque sí Manolo, esa Sara Peláez que te presentaron es ésta, la misma que escribe en Tineo en red y que te ha invitado a unirte a Feisbukeiros de Tineo, a ver si te animas.